La obligatoriedad del servicio militar es en sí absurda sobre todo considerando que las postulaciones voluntarias superan cómodamente los cupos disponibles y sin embargo quien no cumple esta obligación se expone a pagar desde una deuda en unas cuantas UF’s hasta una pena de cárcel, lo cual es una mala noticia para quienes no queremos destacar en dicha arte y creemos que patria es mucho más que un paño multicolor.
Lo que subyace al S.M.O es aun más preocupante, pues implica la creencia de que-a pesar de la modernidad de nuestras FFAA y el respeto a nuestros soldados profesionales- se debe seguir instruyendo a jóvenes contra su voluntad en que sean la carne de cañón que protejan al país ante el quiebre de la diplomacia, la perdida de razón de las autoridades y ante- como bien sabe nuestra historia- un quiebre institucional. Y es triste la democracia que cuida su sueño en quienes esperan ansiosos a que ceda la razón para entrar a cumplir su condicionamiento.
En la vida hay cosas que uno no quiere tener que aprender, como ver en la sangre medallas de honor ni a disparar 300 proyectiles por minuto contra seres humanos, es así que con orgullo puedo decir que en esta materia soy un pésimo alumno.
Aunque si usted-no obstante-cree que así le esta haciendo un “gran” servicio al país, bien por usted pero yo no creo en todos esos prejuicios horribles que elevan al rango de honor el derramamiento de sangre humana.