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martes, 28 de abril de 2009

Mal alumno*

Cuando yo era niño, como tantos otros, también jugué a la guerra
con esos soldaditos verdes, que venían cada uno en una temeraria posición de combate. Lo más entretenido era que luego de disparar todo nuestro poder de fuego-imaginario, claro- íbamos con mi vecino- enemigo mortal en dicho guerra- a jugar juntos a la pelota y tan amigos como siempre. Pero una guerra de verdad no es un juego y puede tomar décadas volver a hacer algo juntos entre las partes involucradas y sobre todo porque las victimas de los bombardeos no son los soldaditos verdes, sino seres humanos, civiles inocentes, niños que probablemente poco tuvieron que ver con las razones, cualquiera sean, para iniciar la guerra. Por lo mismo es horrible que aún en este país exista el servicio militar obligatorio. Es decir que se obligue a jóvenes a adorar hipnóticamente un trapo-porque en sí mismo no vale mucho- y a ser diestro en el macabro arte de matar seres humanos como si esta fuera la única y mejor forma de servir a la patria como dicen los tipos allá en los cuarteles.
La obligatoriedad del servicio militar es en sí absurda sobre todo considerando que las postulaciones voluntarias superan cómodamente los cupos disponibles y sin embargo quien no cumple esta obligación se expone a pagar desde una deuda en unas cuantas UF’s hasta una pena de cárcel, lo cual es una mala noticia para quienes no queremos destacar en dicha arte y creemos que patria es mucho más que un paño multicolor.
Lo que subyace al S.M.O es aun más preocupante, pues implica la creencia de que-a pesar de la modernidad de nuestras FFAA y el respeto a nuestros soldados profesionales- se debe seguir instruyendo a jóvenes contra su voluntad en que sean la carne de cañón que protejan al país ante el quiebre de la diplomacia, la perdida de razón de las autoridades y ante- como bien sabe nuestra historia- un quiebre institucional. Y es triste la democracia que cuida su sueño en quienes esperan ansiosos a que ceda la razón para entrar a cumplir su condicionamiento.
En la vida hay cosas que uno no quiere tener que aprender, como ver en la sangre medallas de honor ni a disparar 300 proyectiles por minuto contra seres humanos, es así que con orgullo puedo decir que en esta materia soy un pésimo alumno.
Aunque si usted-no obstante-cree que así le esta haciendo un “gran” servicio al país, bien por usted pero yo no creo en todos esos prejuicios horribles que elevan al rango de honor el derramamiento de sangre humana.
*: Escrito para "Papelitos"

jueves, 23 de abril de 2009

Yo, mi, me contigo.


Debe ser de las letras más lindas de Sabina y eventualmente

un instructivo sobre como salvar el corazón. Para terminar con

la lengua afuera, arriba de una bicicleta, en el borde de un cerro

en el mismo momento en que se esconde el Sol.


Contigo.


Yo no quiero un amor civilizado,
con recibos y escena del sofá;
yo no quiero que viajes al pasado
y vuelvas del mercadocon ganas de llorar.

Yo no quiero vecínas con pucheros;
yo no quiero sembrar ni compartir;
yo no quiero catorce de febrero
ni cumpleaños feliz.

Yo no quiero cargar con tus maletas;
yo no quiero que elijas mi champú;
yo no quiero mudarme de planeta,
cortarme la coleta,brindar a tu salud.

Yo no quiero domingos por la tarde;
yo no quiero columpio en el jardin;
lo que yo quiero, corazón cobarde,
es que mueras por mí.
Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.

Yo no quiero juntar para mañana,
no me pidas llegar a fin de mes;
yo no quiero comerme una manzana
dos veces por semana
sin ganas de comer.

Yo no quiero calor de invernadero;
yo no quiero besar tu cicatriz;
yo no quiero París con aguacero
ni Venecia sin tí.

No me esperes a las doce en el juzgado;
no me digas “volvamos a empezar”;
yo no quiero ni libre ni ocupado,
ni carne ni pecado,ni orgullo ni piedad.

Yo no quiero saber por qué lo hiciste;
yo no quiero contigo ni sin ti;
lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes,
es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.

viernes, 17 de abril de 2009

No, nunca.

Nunca duermo hasta después de las dos de la tarde, salvo que me haya acostado después de las nueve de la mañana.


Nunca bebo hasta morir y si lo he hecho en alguna extraña ocasión no me acuerdo.
Pero que quede claro; Nunca tomo para olvidar.


Nunca he deseado tanto a la mujer de un amigo o a su hermana, como para perderlo por ella.



Nunca he terminado un libro de Focault, ni sobre héroes y tumbas.


Nunca probaría coca, ni pasta, ni heroína, ni anfetas ni nada parecido, mucho menos esa mezcla

nutrida de alcoholes que un querido amigo bebe con entusiasmo.


Nunca he admirado a alguien por su riqueza.


Nunca huí de la casa (omitiendo un caso, a los 7 años) ni choque el auto- que no tenemos -de la familia.


Nunca he llorado por amor, no sea tonto, como va a llorar por amor, si es de lo más lindo.


Nunca he estado en Vichuquen, ni en Budapest ni en la plaza de invierno.


Nunca le di mi chaqueta a un mendigo, ni abrace a una prostituta.


Nunca tuve un oso de peluche, ahora tengo un salmón.


Nunca ha muerto un amigo cercano, gracias a la vida.



Nunca he hecho llorar a nadie intencionalmente.



Nunca he sido algo parecido a un buen poeta, ni de lejos.



Nunca me convenció el milagro de la multiplicación de los panes, aunque me hubiera gustado

estar en el de la conversión del vino.

Nunca digas nunca, es un error a diferencia de "nada es para siempre", salvo por la muerte
aunque eso esta por verse, dicen.

Nunca he sido digno de admiración ni un santo ni héroe de alguna causa, ni príncipe azul, ni gris, ni rojo
aunque me hubiera gustado.

sábado, 11 de abril de 2009

Los nadies.

Sueñan las pulgas con comprarse un perro
Y sueñan los nadies con salir de pobres.
Que algún día llueva, la buena suerte.

Los nadies, los hijos de nadie, los dueños de nada
Los nadies, los ningunos, los ninguneados.
Corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos
superrequete jodidos.

Que no son ,aunque sean
que no hablan idiomas, sino dialectos
no profesan religiones, sino supersticiones,
no hacen arte, sino artesanía
no practican cultura, sino folklore
no son seres humanos sino... recursos humanos
no tienen cara, sino brazos
no tienen nombres, sino número
no figuran en la historia universal
sino en la crónica roja de la prensa local

Los nadies que valen menos ..que la bala que los mata.



Galeano.

jueves, 9 de abril de 2009

El hígado te llora.

Que decepción, volver al Bar de tantos recuerdos, al Bar de siempre
al favorito y decir "dame un piedra roja?" y te respondan "¿qué es eso?"
y aún atónito responder "¿y maremoto?" y simultenaeamente escuchar
es "que cambió de dueño". Y que lata que el suplantado dueño, sea el mismo quien
en el fervor del gol de Orellana a Argentina haya empezado a vendernos la cerveza mucho
mucho mucho más barata, sin sospechar que unas horas después estaría en nuestra mesa
contando de las no pocas deudas que arrastraba el local.

Es cierto, nunca fué elegante ni sotisficado sino todo lo contrario, era un bar de lo de más mala muerte que hay, pero precisamente en eso estaba su atractivo, que era de una muerte simpática
risueña y conversadora y ¿por que no? de lo más conquistadora también.
Ahora es una muerte a secas, el baño está lleno de colores que intentan ser acojedores, pero en verdad espantas, lo vasos son más chicos y la música horriblemente homogénea.

Así no más, adiós piedra roja el hígado te llora.