Habeas Corpus (Traed el cuerpo)

Hubo una vez,

 que por los pasajes de villa y población

que por los largos cordones industriales,

que por las mesas y sillas de universidad y colegio,que por los terrones húmedos del campo.

Corrió un mismo sentir, un mismo palpito

el mismo gesto. Y se hizo un sólo cuerpo

Uno, hecho de miles.

Y avanzo caminando para hacer este país suyo

iba a ser una mesa larga

en la que al fin cabrían todos 

y se pasaría la sal sin sentir vergüenza

ni darla.

Pero en el camino algo de frente

un rostro duro y blindado

No lo iban a dejar pasar.

Y entonces;

Golpe, golpe, golpe.

El cuerpo ha desaparecido.

Muchos años después

aunque a pedazos, se reconstruye

un poco de unidad por aquí,

un poco de esperanza por allá

la dignidad allá  más arriba

Agarra fuerza y camina

con un traje de retazos de telas rayadas.

Agarra fuerza y camina

por la Alameda, de nuevo
Agarra fuerza y camina
y no volverá a retroceder

Simpleza criminal.

El amor es siempre un camino compartido
Los mismos sueños y el mismo despertar

El amor es una pieza arrendada en un rincón
de ese pecho.
Pecados que se absuelven de puro gusto.

El amor son camotes en tu ventana
Una piel aprendida de memoria.

El amor es siempre un camino compartido
Pero si más arriba una curva los separa
de nuevo
Agradeceras no haber perdido nunca el rumbo
y recordar donde dejaste la cabeza.

Experiencia.

Aunque la lengua me arde
el mundo es de juguete
y quiere que juguemos
Soy un niño de nuevo
que aprender el color
el olor y el tacto
de las cosas.

Adelante.

Que arda lo que tenga que arder
Que muera lo que tenga que morir
no más.

Que no quede esperanza.

Se cubre el suelo
Diecisiete capas de ceniza
Y no vuelven los muertos
Y por fin
este polvo que me habita
Es un país de nuevo

Lugares comunes.

En la cama transcurren
amores y esperas

Como el huevo
en la paila
Como el puerto
al Mar:

Así, ardiente
y tranquilamente.

Credo.

Creo en el hombre y en la mujer
Creo en madres y padres
Como sea que estén emparejados.

Creo en la dignidad humana
irreconciliable enemiga de la injusticia.

Creo en la insaciable hambre
de un mundo mejor
y en la solidaridad
para que en él quepamos todos.

Creo en el cariño que saluda
porque respeta.

Creo en la lengua que dice verdades
y en las matemáticas
que multiplican alegría.

Creo en la esperanza
torpe en razones
para la derrota.

Creo en el amor a la vida
y en la insoportable rigurosidad
de la muerte.

Pequeñísima canción de Invierno

Lo malo del invierno es que se ven pocas flores,
y las que hay andan ensimismadas. Como siempre
sufriendo, porque se les pasa yendo el poco Sol
que hay.

Poesía antijurídica.

Mi vida en despacho
quiero decir:
Esperando para resolverse.

Mientras vas por ahí
con cualquier hijo de puta
pero hay que distinguir
 Esta el absoluto
y el relativo.
 A este último,
te lo pillaste volando bajo
Y el otro te hizo toda
la gestión preparatoria
hasta que caíste.

Esta todo nulo entre nosotros
mi amor.
Pero yo voy más allá
y te declaro
Inexistente.

Pero es Mentira.

¿Ahora resulta
que no eres linda?
Entonces así hablaré
Diré:

Que me toco bailar
con la no tan fea
nada fea.

Que no vive para ser linda.
Pero que entre
un moño rápido
y una sonrisa
Igual le aplica.

Y viene bailando
de boleritos a tambores.

Y si es necesario
se pega su pique
cuando viene el huanaco

Pero no le asquea
ni fritanga ni churrasco.

Se oscurece en invierno
y florece en primavera.

Así hable
pero no escucha
se necesita fuego
para prender
ese silencio oscuro
Son otras las palabras
las que te dejan linda
como en un dibujo.

Escena.

Tuve un sueño raro, en el que me veía ante un desfile de amigos, conocidos y no tanto
con los que mantenía conversaciones extrañas, en las que habían consideraciones irrisorias
y muy distintas a las que yo - en el sueño- creía que ellos tenían.
Luego, volvía a mi casa confundido y al mirarme en el espejo
 tenía la cara pintada
como payaso.

La pintura no salió.

Metro

Subimos todos
las miradas se disparan
van de rostro en rostro
como un niño que cruza la calle
después de un día de lluvia
¡ A saltitos apurados !

No vaya a ser
que se crucen dos miradas
incómodo momento
pánico del pasajero
Mirar otra cosa.

No son todas así,
hay también otras miradas
las subyugadas
y las libertarias.

Las primeras
condenadas a mantenerse abajo
presas de una pantallita entre manos.
Y las otras
que se derraman
entre paisajes y cosas
que transcurren al pie de una letra.