Escena.

Tuve un sueño raro, en el que me veía ante un desfile de amigos, conocidos y no tanto
con los que mantenía conversaciones extrañas, en las que habían consideraciones irrisorias
y muy distintas a las que yo - en el sueño- creía que ellos tenían.
Luego, volvía a mi casa confundido y al mirarme en el espejo
 tenía la cara pintada
como payaso.

La pintura no salió.

Metro

Subimos todos
las miradas se disparan
van de rostro en rostro
como un niño que cruza la calle
después de un día de lluvia
¡ A saltitos apurados !

No vaya a ser
que se crucen dos miradas
incómodo momento
pánico del pasajero
Mirar otra cosa.

No son todas así,
hay también otras miradas
las subyugadas
y las libertarias.

Las primeras
condenadas a mantenerse abajo
presas de una pantallita entre manos.
Y las otras
que se derraman
entre paisajes y cosas
que transcurren al pie de una letra.