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domingo, 23 de agosto de 2009

Platónicos.




Hasta ayer, ambas punteaban mi lista (larga) de amores platónicos,
osea insaneablemente imposibles, pero luego de ver por segunda
vez la historia de la petit Amélie Poulain,
y de corrido, ya que la primera vez, la vi interrumpida por vitales,
deseados y felices menesteres de la época- como un beso por ejemplo-
definitivamente me robo el corazón. Es que es tan buena cabra, romanticona,
heroína. Además vive en ese París tan lindo, donde según Cortazar, el amor se llama
como todos los nombres de todas las calles, de todos las casas, de todos los pisos
de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los
olvidos y todos los recuerdos.
No sé Clementine ,te dejó atrás.

lunes, 10 de agosto de 2009

Arts Vitae.

Teníamos fuerte afición al vino
le rendíamos culto a los racimos de uva
y éramo arrogantes, crédulos
pendencieros

Preferíamos la muerte
a perder la libertad

Y llevábamos la alegría del amor
hasta las puertas del infierno
hasta desafiar a la misma muerte
desnudándonos en pleno combate
o agrandándonos las heridas recibidas

Y si veíamos en peligro la vida
de nuestras mujeres y la nuestra
nos dábamos muerte por gusto continuo

Y éramos tan arrebatado en la guerra
que jamás actuábamos de acuerdo a un plan

No conocíamos ni la humildad
ni la caridad, ni la abnegación
ni la dulzura

Eramos serios y semifabulosos
y adorábamos a nuestras parejas.



Diego Maquieria.

sábado, 1 de agosto de 2009

El amar mucho.

Siempre me ha patiado la guata, cuando veo a un par de tortolitos
que forzando la aritmetica y con mucha suerte, logran la cifra de 5 o 6
días de relación y ya en sus coloquios execivamente chorreados de miel
se puede oír "Te amo muchooooo" (note la repetición de las O).

Duaaagh ! Que mierda más grande, y no es que este celoso, que quede claro jajá.

El punto es que desde mi perspectiva cursi, vil, contaminada, arbitraria, roñosa y sobre todo
trasnochada, veo el amar un poco como dictadura del corazón y otro poco de sumisión de la cabeza. Más que el enamoramiento o encandilamiento con un par de ojos o con una cintura.

El amar, es esa fuerza que te agarra desde adentro para moverte a hacer algo por una persona,
o un grupo de ellas, no es raro que una buena madre, ame a sus hijos.

El adorar, querer, el desear, esta reservada para ese abanico no menor, de intrincadas y a veces hirientes relaciones humanas, para la vecina guapa que nunca has saludado o el perro, que se yo.

El amar, es otra cosa, o morirías por ella /él o no lo/a amas. De ahí mi animadversión, con los tortolitos de un principio que aman mucho, como si se pudiera amar poco, pero la verdad es aún más simple: Se ama o no.