Feria Libre.

Me gusta la feria

llena de mis reinas y villanos

con corceles que posan en las fotos

tiñendo mi calle de arcoiris.

Me gusta la feria

con su malla de viejas frescas

con sus ramos de jovencitas maduras

con sus sacos de viejos verdes.

Me gusta la feria

donde busca la abuela el ingrediente

del paladar popular de la cazuela

con el perfume refinado de comino.

Me gusta la feria

con su anárquico griterío

desde la hora misma

en la que se cosecha la papa.

En ella

el oficinista vestido de domingo

y el obrero en tenida de obrero

son por fin uno solo, son el mismo casero.

Santo en vida.

Alguien le dijo una vez que después de muerto, el cielo era una borrachera eterna.

Por eso cuando su mujer se fue, partiéndole la cama como un pedazo de hielo que se descuelga de la antártica y se va solitario por alta mar, quizo buscar eso del cielo en la tierra, el camino de la santidad. Así, se lanzó en picada a la botella y cuando además de los hijos lo dejó su ejecutivo bancario, cerrándole de paso la cuenta, se puso a contar historias -o parábolas como le decía él- en los bares a cambio de una cañita de vino. Ayer lo vi, estaba triste, dijo que llevaba dos horas sin beber la tinta sangre de Cristo y le parecía insoportable la pecaminosa sobriedad.

Encuentro con los marcianos.*

Había una vez, unos marcianos que jugaban, "bru bru bru" -miren un avión-dijo uno
y derrepente bajaron terrícolas, eran astronautas "!!bru bra bra !!" -corran por sus vidas dijo otro.
El humano dijo "esperen venimos a hacer un mundo mejor", los marcianos entendieron lo que le querían decir y se hicieron amigos.

*Cuando yo tenía cinco o seis años, mi abuela recibió este cuento de regalo de navidad de parte del "Duende que esconde las cosas" a quien mi abuela, le dejaba por ahí y por acá monedas de $100 (que en ese tiempo era harto)

Breve reseña biográfica.

Santiaguino de fábrica, veintiún de mis veintidós años los he vivido en La florida,
comuna cuyo nombre insita a pensar en un lugar verde, donde casi que el hombre esta de paso,
mentira, hileras de montones de casas parecidas ordenadas simétricamente, pero donde aún la gente se junta, como se dice popularmente, a dividir las penas y multiplicar las alegrías.

De chico le intenté a la poesía y a los cuentos, con influencias tan desmedidamente amplias que iban desde Neruda a Kurt Cobain, sin mucho éxito, dicho sea de paso.
Actualmente estudio derecho o "leyes" como se le decía antes, también escribo cuando falta plata para un regalo o simplemente para abrigarle el corazón a algún amigo, aunque de escritor poco y de abogado menos.
Aunque quizás mañana le haga empeño a ambos oficios y escriba senda carta magna donde quepan todos de Arica a Punta arenas, de mar a cordillera, que haga correr lágrimas de emoción y compromiso, no como la de ahora que hace correr, pero de los pacos, a cualquiera de los muchos no comprendidos en sus noveles artículos.

Amores perros

Ella solo quería un perro que le ladre, sin enredarse en paseitos por el parque ni asaltos a su cuello, propio de perro de caza apenas le enfoca la oscuridad.

No discriminaba ni a quiltros ni callejeros.

¡Ay! como le enamoraba que ladraran por ella, pero a mi se me paraban las orejas solas de puras ganas de morderla.

Esa gente.

Me gusta acribillar
a mis amigos
con balas de juguete .

Robarles
con un saco roto.

Y limpiarles las heridas
con alcohol
y tres hielos.