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lunes, 27 de julio de 2009

Romantica bohemia.

Sábato ponía en la boca del protagonista de "El Túnel", una frase que decía algo así como que se suele decir que todo tiempo pasado fué mejor, pero que esto no era cierto, o no totalmente, al menos, pues lo que ocurre es que olvidamos lo malo.

Quizás sea mejor así y alimentar la nostalgia de aquellos lugares, olores, momentos y personas que nos hicieron feliz. Esto es lo que hago hoy porque resulta que si dividimos el tiempo en porciones y luego lo volvemos a juntar resulta el plazo exacto de un año desde que comencé una etapa muy alegre que no he podido (querido) olvidar.

Hace algunos años que el invierno venía punteando el medallero de los meses más anti franciscanos. No sé si perdió la práctica de oscurecer los días. O se durmió en los laureles, vaya a saber uno, pero desde que me senté a beber vodka, más cerca del cielo que del suelo, con su hombro de respaldo y la ciudad de telón de fondo, que concilie un insomnio feliz sudando el alcohol de la víspera y oliendo el perfume del después, que ese invierno estuvo muy lejos del medallero.

Y así anduvimos con tu caminar dejando puertas abiertas, por donde te asaltaba el ayer para robarte el hoy, con tu tomate con ajo y tus mezclas anti gourmet.
Sí , pistolera me volaste la cabeza, así anduve tantas lunas con el corazón contento y la cabeza perdida. Porque ibas poniendo magia en tu paso, posando la luna frente a la ventana, con solo abrir la cortina y esta ciudad terca empezaba a creer en tesoros que sonreían entre velas y comida recién hecha.

Tal vez sólo fuí un barco, en el que aceptaste embarcarte por más de cien noches, con el noble objeto de seguir la luna y dormir entre piratas enamorados o un curandero en tu camino, con rostro de guerrillero de buena fama, con matices de mal, pero con la sonrisa perfecta, aunque nada de esto lo creo mucho, aunque me hubiera gustado.

Quizás desear esa noche ya sea mucho y más si me quedo en ella un par de horas más y volver a esconderme en el baño mientras me alcanzas un cigarro a medio consumir.

Que más da, si nunca me llevaste a conocer un circo, ni nos amamos en la oscuridad de un cine, eso que te gusta el drama.

No sé como fué que te fuiste, pero poco importa, me basta- creo- con alimentar esta nostalgia de día nublado para volver a sonreír.. ojalá con la sonrisa perfecta.

3 comentarios:

Gamma dijo...

ya puee un año de conocernos y no cacchai que la mitad de ese copy/paste es harina de otro costal!..

pero creeme q no más importante!

lindo detalle (:

maría.

Nicolle Barrios dijo...

ya puee un año de conocernos y no cacchai que la mitad de ese copy/paste es harina de otro costal!..

pero creeme q no más importante!

lindo detalle (:

maría.

Matías Miranda Segovia dijo...

La lentitud del relato se mezcla con una clara nostalgia, como bien dices.

Describir no es fácil sobre, sobre todo si se trata de recuerdos que se vuelven tragicómicos a la hora de hacer memoria.

Solo espero que ese momento en mi vida tarde en llegar.