En primavera pasa mucho, sobre todo si se está soltero,
que no se puede salir a la calle sin tropezar con
enamorados que vienen rodando desde la plaza,
sin esquivar un auto cuyo conductor venía
pensando en su copiloto ausente.Porque parece ser
que por un extraño efecto de la época, los humanos se atraen
unos a otros y entonces las cinturas se encajan con brazos
los dedos con otro dedos, los labios con labios y así se van fundiendo
en un primaveral abrazo.
Pero para la porción de la especie no favorecida, esto
es un espectáculo macabro y hasta cruel,
que guardan ahí, al lado de el secreto anhelo
de que cupido se apiade y les atraviese
el corazón de un flechazo. (Lo que ya es bastante cruel )
1 comentarios:
Creo que es más cruel que cupido apueste sus flechas en primavera.
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