Cuando me atacó, me apretó el estomago,
dobló mi cuerpo y acerco mi cara a la desformación
más horrible. Me dejo con la boca abierta y la respiración cortada.
Me tiñó la ropa de rojo y me robo el habla, también el equilibro.
Sí, porque caí al suelo victima de un ataque de risa, y me tuve que servir más vino.
domingo, 11 de octubre de 2009
De cuando me atacaron.
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1 comentarios:
jajajajaja... me imaginé toda la situación ta drámatica..
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