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martes, 12 de agosto de 2008

Martín Santomé

Todas las mañanas de la semana tipo 7am, es decir a la hora en la que en un fin de semana estaría en el octavo sueño, o llegando al hogar(de vuelta) o valla a saber uno, me topo con un caballero que es la representación viva de Martín Santomé, el protagonista de "La Tregua" uno de mis libros favoritos.
Y es que tiene ese mismo aire de fatalismo optimista, de señor resignado otrora luchador idealista, de oficinista resentido pero horriblemente eficiente, de tipo inteligente pero perdido en una labor inútil.
Eso si, es el Martín Santomé antes de Avellaneda, es tan así que a uno le dan ganas de darle la mano y decirle "ojalá la conozca luego", me agrada el caballero de presencia.
Resulta que el otro día, para variar salí atrasado, muy atrasado y no alcance a tomar desayuno pero como soy un hombre previsor me lleve un par de naranjas.
Ahora mientras me disponía a pelar la primera, ya en la micro, una se me cae y rueda
donde nuestro Martín Santomé quien precisamente viene caminando hacia el asiento de al lado mío. Tomó la naranja y me la entrega diciendo "naranja buena para la mañana"... Debo haber puesto una cara bien rara, porque Don Martín se río con una carcajada que hizo girar a toda la micro. Es que no es para menos, ¿quién te dice "naranja buena para la mañana"? precisamente a esas horas en que uno camina dormido, además estoy seguro que tenía hasta ritmo la frase.
El punto es que se sienta más menos cerca, yo le doy las gracias y le digo-no sé porque- tiene cara conocida. y me contesta "sí, vivo por aca pues". Entube apunto de contarle toda mi teoría sobre su parecido con Martin Santomé, pero en cambio le conteste que quizás era el papá de un conocido, ríe de nuevo y me dice así como presentandose "Maaaaaar..(¿queee? también se llama Martin-pensé-)..io" y yo entonces reí, al borde de una increíble coincidencia, reía ante su sorpresa y cara de pregunta. Yo le decía que no se preocupara que son sólo cosas locas que se le ocurren a uno. Y puso la misma cara que debe haber puesto Martin Santomé-el autentico digamos- cuando uno de sus empleados le confiesa con un tono entre coqueto y asqueroso que es gay.
"No se preocupe..Don Martín Santomé"

1 comentarios:

sokeh dijo...

pero que curioso! como me gustan esa clase coincidencias, o causalidades! haha ^^ me pregunto si habrá encontrado a su avellaneda.